Detalle de mi primer bicicleta, "caloi" era la marca, y como un homenaje sin intención a su homónimo lucía salpicaduras de colores, fue atacada a pinceles durante dos semanas de pintar un mural hace ya muchos años.
Protagonizó paseos inolvidables recorriendo distancias locales con su pedalear pesado. Subiendo al último vagón del tren con la misma soltura con la que se deslizaba a orillas del río de la plata. El tiempo y las circunstancias la alcanzaron, pasó de titular a suplente, y fue prestando sus servicios a infinidad de amigos.
Hace años que no la veo,
hoy creo que anda por las calles de Ensenada.
martes, 2 de septiembre de 2008
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